La parte central de Marcos (8, 22-10,52) permite interpretar todo el recorrido de éste evangelio, con sus tres anuncios de la pasión, pues, la pasión le da identidad; antes está Mc 6, 7-13. Acercándonos un poco más podemos ver como se ubica tal segmento:
A1) 6:7-13 – Jesús envía a los doce apóstoles en una misión
B) 6:14-29 – Se relata la muerte de Juan el Bautista
A2) 6:30-31 – Los apóstoles regresan y hablan de lo que habían hecho
El relato de 6, 7-13 (A1) se corresponde con 6, 30-31 (A2), lo que les da sentido a ambos textos (A1 y A2), es el centro (B), porque la muerte de Juan Bautista es prefiguración de la muerte de Cristo, el bautista es su profeta. En suma, el evangelio se explica por los tres anuncios de la pasión, y nuestro texto se explica por «la pasión» de Juan Bautista (quien nos adelanta la pasión de Cristo en su martirio). Entre el envío (6, 7-13) y el regreso (6, 30-31) de los apóstoles lo que hay es un peligro de muerte (6, 14,-29).
LECTURA ORANTE
MARCOS 6:6b-7. Y LLAMÓ A LOS DOCE: En la mentalidad griega inmundo podría significar lo que no tiene mundo o no se acomoda a este mundo, es falto de belleza, de orden, es parte del caos. El Jesús que enseña y sana, se encuentra con cosas que pervierten lo creado; llama a los doce, como el inicio de un nuevo Israel, cuyas nuevas tribus están en ellos representadas; no solo por ser doce sino por ser unidamente doce; la primera cosa inmunda es la división, esa contraría todo objetivo divino; la potestad de los apóstoles es la misma de Jesús. Jesús no se detiene en los que lo rechazan, su ministerio, avanza con o sin la aprobación de los que lo escuchan. Los manda de dos en dos, para animarse mutuamente y testimoniar: no se trata que uno vigila al otro, sino que es un compañero para ánimo y fortaleza (Ecco 4, 10); luego, jurídicamente hablando, los testigos de un caso tienen que ser dos, no uno solo. Así, el testimonio será válido, un solo testigo puede errar en su testimonio (Dt 15, 19). No son tres sino dos: si fuesen tres una tercera persona resultaría excluida de una relación amistosa. Jesús no envía sin «herramientas», sin autoridad estarían «desarmados»: pero Marcos no menciona que ellos deben enseñar, sino que deben predicar, es decir, si enseñan no es lo que proviene de su autoría, sino de la autoría y autoridad de Jesús.
MARCOS 6:8-11. NADA PARA EL CAMINO: Jesús prohíbe llevar para la misión cosas innecesarias, pero también cosas que parecen esenciales; lo que se lleva para la misión es abundante fe, lo demás es accidental; prohibir tanto, incluso el pan, parece exagerado, pero ya se aclarará que el pan de los enviados es Jesús mismo (Mc 8, 14; Dios es el que da el pan (Ex 16,16-19); permitidos el calzado y el cayado, porque lo que se predicará (kerysso- kerygma) es la pascua, la que en sus orígenes se realizó llevando solamente calzado y bastón (Ex 12, 11); con una túnica basta (al fin y al cabo alguien la pedirá Mt 5, 40); ¿Dinero? Israel salió con mucho oro desde Egipto, con ese mismo oro hicieron el becerro idolátrico (Ex 32). El texto usa jalkón, la moneda de cobre más pequeña y de menos valor. Y algo de tan poco valor, ¿para qué llevarlo? Comenzar la misión sin provisiones es un acto de fe. Con todo lo que se ha dicho a partir del Éxodo se comprende que la misión consiste en predicar el nuevo éxodo, el escatológico, el definitivo. No es una misión proselitista para atrapar ingenuos; es el anuncio de la salvación en Cristo, cordero pascual. No se llevarán muchas cosas a semejante misión, Dios se encargará y su hijo es el alimento. La visita de un viajero exigía ofrecerle el propio alojamiento. El propietario se sentiría mal si el viajero cambiase fácilmente de lugar, buscando solo bienestar y haciendo sentir mal al que lo recibía. La misión es más importante que la comodidad. Al regresar de sus viajes por tierras paganas los judíos acostumbraban sacudir el polvo de sus sandalias, gesto de limpieza y desprecio. Cuando lo hace un apóstol, están declarando que esa aldea que no los recibió es pagana. Así se liberan de toda responsabilidad, la que consiste en proclamar, no en alcanzar el éxito, ni pretender convertir a todos. El testimonio (martyria) «para ellos» o «contra ellos», no hace más que declarar que tal testimonio se ha realizado, que la acogida o el rechazo, no depende de quién proclama sino de quien recibe.
MARCOS 6:12-13. PODER SOBRE EL MAL: Juan Bautista (1,4) es quien más predica el arrepentimiento, Jesús, aunque no de modo exclusivo (1,15) predica el Reino; los enviados predican la metanoia (v. 12), que no es tan elemental como el arrepentimiento, palabra que ha adquirido un tinte mucho más emotivo que espiritual. Ésta significa, no el peso culpable sobre las emociones y sentimientos, sino el cambio de mentalidad; no existe arrepentimiento por un buen discurso homilético, sino un proceso del creyente y en ello se toma tiempo…y no una, sino muchas homilías. Manifiesta potestad la suya el poder expulsar el mal en toda su expresión desde el pecado hasta los síntomas físicos de enfermedad, así se entiende lo demoniaco (1, 25-26. 34. 39. 5,1-13). Expulsar el mal, lo hace Jesús; curar con aceite a los débiles, es tarea de los enviados: Jesús nunca lo hace, pero sus enviados si, y al momento de aparecer el evangelio de Marcos ya la iglesia muy seguramente lo tenía como práctica (Sant 5,14-15).
Ni el mismo San Pablo siguió estas normas; el evangelio se expandió. ¿Qué es lo indispensable y lo accidental en tu misión?
